INVERSIONES PARA AUTÓNOMOS
Sé que en tiempos como los que corren el concepto de inversión financiera es, para un autónomo, una idea remota, quizás atrevida, en el peor de los casos utópica. Evoca imágenes apocalípticas de un vértice turbulento que se traga los escasos ahorros conseguidos con esfuerzo. Sin embargo, es importante entender que existen maneras seguras de ganar un poco de dinero extra y que no merece la pena dejarse escapar, por miedo o prejuicios, oportunidades que ahora más que nunca son necesarias.
Partimos de la base que la sociedad española nunca ha sido muy ahorradora. Debería ser uno de los primeros pasos – no solo como empresarios o autónomos, sino también como trabajadores por cuenta ajena – realizar un cambio de mentalidad. Dicho esto, en la realidad actual, los ahorros no se suelen poner debajo del colchón, sino en un banco. Pues bueno, ya que, como comenté en mi anterior artículo, los bancos son un mal que debemos soportar, ¿por qué no aprovechamos para sacarle, de paso, un poco de beneficio?
En primer lugar antes de empezar cualquier gestión para la inversión debemos hacernos unas preguntas esenciales:
- ¿De qué dinero disponemos?
- ¿Necesitaremos el dinero a corto o a largo plazo?
- ¿Nos importa la rentabilidad o seguridad?
Hay tantos productos financieros en el mercado que siempre es difícil elegir. Uno de mis primeros consejos es que nunca vayáis directamente al banco con que trabajáis habitualmente para hacer la inversión, sino que, al igual que se hace con las compañías telefónicas, que se cambian constantemente según las ofertas que saquen, echéis un vistazo en otros bancos y sucursales para ver qué ofrecen.
Primer tipo de inversión: segura y con disponibilidad.
Si lo que queréis es una inversión segura (que no ponga en riesgo vuestros ahorros y os garantice una ganancia precisa) y con disponibilidad continua del capital invertido (para poderlo utilizar, en todo o en parte, en caso de necesidad), os recomiendo que os pongáis en contacto con una entidad financiera de las que trabajan vía internet. Son más de las que cabe imaginar y ofrecen depósitos a un bajo interés pero con seguridad y con disponibilidad inmediata del capital.
Segundo tipo de inversión: segura y a largo plazo.
En este segundo caso, el requisito de la seguridad sigue prioritario, pero la disponibilidad a corto plazo del capital pierde importancia. Para esto, es mejor que vayáis a los bancos tradicionales y solicitéis depósitos o imposiciones a plazo, con el capital garantizado. Actualmente los tipos de interés son bajos por lo que los intereses también lo son, pero se pueden encontrar depósitos a 13 meses entre un 1% o 1,15% de interés y, ampliando el plazo a 18 meses, incluso se puede encontrar un buen producto al 2% de interés garantizado y hasta un 4% de interés, siempre que el mercado vaya bien.
Tercer tipo de inversión: largo plazo y rentabilidad alta.
Para este tipo de inversiones, tenéis que tener en cuenta que existe el riesgo de perdidas, por lo que es importante informarse cuidadosamente. Os aconsejo un fondo de inversión con un plazo mínimo de cuatro años. Una cosa a tener en cuenta es que el fondo sea de nueva creación o lleve poco tiempo en el mercado. ¿Por qué? Porque si es un buen fondo y tiene la rentabilidad alta, por ejemplo al 5%, al realizar la inversión en una fase precoz, la rentabilidad no será del 5%, sino que será lo que suba a partir de ese momento. Pongamos que el fondo cierre con un 6,5% de interés y la inversión se realice cuando el fondo está al 5%: la rentabilidad solo será del 1,5%.
Como siempre os digo, merece la pena asesorarse bien, fuera de la entidad financiera y conseguir una segunda opinión sobre qué producto conviene más según la situación personal y profesional de cada cual.
NOTA: Los datos sobre intereses y periodos de las inversiones financieras comentadas en este artículo han sido obtenidos de productos financieros que actualmente están en el mercado.